El universo Favio en dos exposiciones del Centro Cultural Kirchner

“Mi biografía tiene solo dos fechas: la de mi nacimiento y la de mi muerte. En medio de ellas, todos los días fueron míos”, decía Leonardo Favio parafraseando a Fernando Pessoa.


A diez años de su partida, su intensa vida y obra se pueden recorrer en tres espacios que el Centro Cultural Kirchner inauguró la semana pasada, con la presencia del ministro de Cultura, Tristán Bauer, y la hija del cineasta, Salomé Jury Leyton. Las muestras pueden visitarse hasta el 26 de marzo de 2023.

Referente indiscutible del cine y la música local, la obra de Favio trasciende las generaciones. Su repertorio de canciones y de películas, íntimamente vinculadas al sentir popular, son de culto.Impacta la propuesta tecnológica de la Sala Inmersiva del Kirchner que presenta al artista popular, un recorrido por su obra como director, cantante y actor, por medio de fragmentos de imágenes y sonidos que se repiten y dialogan para recrear un universo único, sensible y humano: el universo de Leonardo Favio.

Además, otras dos salas montadas especialmente nos acercan al proceso creativo de Favio. La sala Murmullos: entornos sonoros explora sus vivencias, los recuerdos y diálogos recurrentes en su filmografía y cancionero. En ese espacio, se trenzan las relaciones entre esos murmullos que resuenan en el aire para traernos el eco de sus creaciones y una vía sonora de ingreso a su universo personal.

En la sala Bitácora, a la vez, se puede acceder a las huellas de su método creativo presente en su voz y escritura detrás de escena. Así, se pueden ver guiones con anotaciones en los márgenes, casetes de temas musicales para las bandas sonoras, VHS y fílmicos de referencia, entre otros documentos que dan cuenta de los procesos de trabajo de este gran artista.

La ardua investigación para estas dos exposiciones que completan la propuesta de la Sala Inmersiva estuvo a cargo de la antropóloga Lucía Ulanovsky, quien ya había trabajado en la muestra sobre el cineasta que la Casa Nacional del Bicentenario presentó en 2013, a un año de su muerte.

—¿Cómo surgió la división en las dos salas? ¿Fue parte del proceso de investigación?

—En el espacio Bitácora quisimos acercarnos a Favio a partir de las huellas que fueron quedando de sus procesos de trabajo. Fue justamente la investigación la que nos llevó a tomar ese recorte conceptual y dispositivo. Ocurrió que al iniciar la investigación entramos en contacto con el Museo y Archivo Personal Leonardo Favio que cobija el Municipio de Avellaneda. Con fetichismo, hallé muchísimos objetos y documentos que pertenecieron a Favio, pero lo que me atrajo más rápidamente fue aquello “sucio”, más difícil de exponer.

Por ejemplo, en vez de exponer las fotos de rodaje de Crónica, Nazareno, Gatica -que estaban buenísimas y en muchos casos son fotografías que no se encuentran en el Archivo del Museo del Cine- resultó más interesante trabajar con las planchas de contactos que tienen las marcas de las ediciones, la señalización de las fotografías que se marcarían para ampliar y que se usaron para la promoción de las películas.

También me interesaron muchísimo los backstage de Gatica y de Perón, sinfonía de un sentimiento que fueron filmados en video con muy poco criterio de luz y de cámara, pero donde aparece Favio contento dirigiendo hasta el mínimo detalle del extra.

Por supuesto, que son huellas de su trabajo, de algo que fue o que nos imaginamos que fue. Una vez dado este encuentro con este mundo material tan particular y en diálogo con Gabriel Caputo, que hizo el diseño de montaje, y con Micaela Marinelli, que hizo el diseño expositivo, las líneas de investigación y abordaje de ese archivo se fueron potenciando.

Les dije que sería divino si se pudiera transmitir esa vibración que había sentido, extrapolarla al espacio expositivo y, de ahí, surgió que Micaela pensara en un tipografía de mimeógrafo y con máquina de escribir. Y también surgió de allí, la propuesta de convocar a una gran fotógrafa, María Eugenia Cerruti, para que desde su mirada autoral fotografiara esos guiones que Favio había guardado con unos lomos muy lindos. También decidimos no exponer los objetos y los documentos sino que estos fueran tamizados por las fotos de María Eugenia. A medida que avanzaba esta investigación, diseño y producción fui haciendo el recorte temático de este recorrido para dar lugar a esta Bitácora. De manera que se pudiera incluir estas materialidades y dar cuenta de su creatividad, que era individual pero también colectiva porque la hacía junto con otros profesionales del cine. Así, llamamos Geografía de ficción a un núcleo dedicado a las locaciones de la películas, Personajes en la mira para tratar el vínculo de Favio con y los actores, Pasión por la luz y el movimiento para trabajar los aspectos de cómo concebía la fotografía y la cámara. Estos núcleos, y otros más, fueron desplegados en el espacio expositivo con testimonios de Favio para seguir recreando esta bitácora, que es documental y ficcional.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

1 × 2 =